El pasado martes 13 de mayo, el alumnado del Curso de Lengua Aragonesa junto al profesor de las mismas, compartimos la tarde e hicimos la clase en la ermita de San Adrián de Sasau o Sásabe.
Historia, arquitectura, paisaje y mucha lengua aragonesa en combinación, para profundizar en la cultura de Aragón. En una tarde, con un tiempo espectacular y un paisaje precioso, por su explosión de verdor y floral, conocimos la arquitectura de este singular edificio, su historia y a través del mismo, una parte de la historia de Aragón.



Su misteriosa ubicación, en la intersección de dos barrancos, fue una condición muy calibrada y calculada para su cimentación y construcción en este enclave de una forma muy especial y excepcional.
Consagrada en 1104, fue la iglesia de un monasterio del siglo X , donde compartieron sede los obispos de Aragón , antes de que hubiera obispado en Jaca.
Repasamos su arquitectura, admirando su portada jaquesa implementada en un templo lombardista; las decoraciones de las ménsulas absidales y de los dos capiteles de su portada oeste.
En un sillar, cercano a la puerta sur, reconocimos con un poco de dificultad , la inscripción que recuerda que en este lugar descansan los restos de tres obispos de Aragón.
Nuestra imaginación voló, junto al Santo Grial, pues de sabe que en este lugar se custodió (712-1044) en su camino a Huesca para llegar a Valencia.
Tras esta primavera tan lluviosa, añadido al constante rumor del caudal que la rodea, esta combinación nos recuerda que podemos decir que es una ermita acuática , porque así lo quisieron sus arquitectos.
Alumnado de Aragonés